Rabino Efraim Rosenzweig
(Deuteronomio 31:1-30)
En este shabat parashat Vaielej encontramos parte de las últimas palabras de Moshe. Los últimos mensajes han sido dados y ahora se implementa la transmisión de mando a Iehoshúa con la exhortación pública Jazak Veemats, “debes ser fuerte y estar preparado para la batalla”, porque la conquista de la Tierra Prometida será una prueba de la voluntad del Pueblo y de su fe en D’os. Porque, así como D’os participó activamente durante la travesía por el desierto para vencer a Sijón y Og, los reyes de Emor, de igual manera, el Creador estará al lado de Iehoshúa y el pPeblo durante el proceso de la conquista. De acuerdo con el Talmud, Moshé escribió el texto de la Torá, capítulo por capítulo, sección por sección, durante los cuarenta años del viaje por el desierto. Ahora plasma la última entrega y entrega formalmente el texto completo a los Cohanim y a los ancianos del Pueblo.
Una antigua tradición afirma que cuando Moshé adjudicó la Torá a los Cohanim, integrantes de su propia tribu –la de Leví–, el resto del Pueblo protestó, porque no le entregaron también una copia del documento. Manifestaron que, en el futuro, los Cohanim podrían alegar que sólo ellos recibieron la Torá. Moshé se mostró contento por la protesta, porque era una señal que el Pueblo estaba comprometido con el mensaje de la Torá. Fue entonces cuando exclamó: “Hoy se han convertido en un Pueblo”, porque la Torá y el acatamiento de sus ordenanzas es la razón de existencia del Pueblo hebreo.
Moshé indica que es necesario escribir el texto Veatá kitevú lajem et HaShirá hazot, una referencia al poema contenido en Haazinu, que, no obstante, fue interpretado por los jajamim como la obligación de escribir la Torá completa, un texto que debe incluir este poema. Esta obligación está vigente incluso en el caso en que se recibe un ejemplar de la Torá por herencia. Cada judío debe escribir una Torá. Pero dado que la mayoría no sabemos hacerlo, se puede cumplir la Mitzvá escribiendo al menos una letra de un ejemplar nuevo de la Torá.
De acuerdo con Rabí Baruj Haleví Epstein, autor de Torá Temimá, la Mitzvá no radica en la posesión de un Sefer Torá, sino en “escribir” el texto, porque de esta manera se incrementan los ejemplares en la comunidad y un número cada vez mayor de personas podrán estudiar la Torá.
Unos capítulos atrás, Moshé había vaticinado que incluso después de la conquista puede venir el exilio que requerirá también la intervención Divina: Veshav Hashem Eloheja et shevutejá…, “Y D’os retornará tu cautiverio…”.
Muchos exégetas señalan el uso “indebido” de la palabra Veshav, porque en su lugar hubiera sido apropiada la palabra Veheshiv, “y hará retornar”. Basándose en un Midrash, los intérpretes apuntan que la Shejiná, la Presencia Divina, acompañó al Pueblo durante el período de exilio. Por lo tanto, el vocablo Veshav se refiere al retorno de D’os junto con el retorno del Pueblo a la tierra ancestral. Como una muestra de su misericordia, D’os se autoexilia, figurativamente, como una señal de empatía por la suerte del Pueblo judío.
Según Rashí, la palabra Veshav sugiere que D’os toma de la mano a cada persona que retorna a la Tierra Prometida. De esta manera, Rashí personaliza el proceso del retorno y del arrepentimiento en general, tema muy apropiado, especialmente en este Shabat Shuvá. Aunque, el imperativo acerca de no caer en la idolatría y la necesidad del retorno son advertencias colectivas, enunciadas al Pueblo en su totalidad, desde cierta perspectiva, son conceptos cuyo blanco es el individuo.
¡Shabat Shalom!