Tu Bishvat – Año Nuevo de los Árboles
El 15 de Shvat oTu B’Shvat es el año nuevo de los árboles y aparece en el Talmud (Rosh HaShaná 2a) como uno de los cuatro «años nuevos» en el calendario judío:
«Beit Hilel dice que el ‘año nuevo de los árboles’ es el día 15 del mes de Shvat – Tu B’Shvat.
La costumbre en Tu B’Shvat es comer frutos de las siete especies con las cuales la Tierra de Israel es alabada: “…una tierra de trigo, cebada, viñas, higueras y granada, una tierra de olivos y miel [de dátiles]” (Deuteronomio 8:8).
La tradición cabalística incluye hasta un místico «Seder» de Tu B’Shvat (conceptualmente similar al Seder de Pesaj), en donde son expuestas las dimensiones interiores de los frutos, junto a las bendiciones, las canciones y una profunda discusión. El Arizal, gran cabalista del siglo 16, enseñó que comer 10 frutos específicos y beber cuatro copas de vino en un orden específico puede acercar a la persona a la perfección espiritual.
Purim
Purim es un día de celebración observado el catorce de Adar (generalmente marzo), un mes antes de Pesaj, por la salvación de las comunidades judías que vivían bajo el dominio persa, del intento de exterminio fraguado por Amán. Aunque existe cierta incertidumbre acerca de la fecha, los acontecimientos descriptos en el Libro de Ester tuvieron lugar alrededor del año 450 antes de la era común. El nombre Purim deriva de la palabra Pur, que significa suerte, el método utilizado por Amán para seleccionar la fecha en la que tenía por intención lanzar sus hordas a una masacre general de los judíos.
Los designios de Amán tuvieron equivalentes infortunados a través de los siglos en los intentos perversos de muchos otros gobernantes en los países en lo que vivieron los judíos. El carácter precario de la supervivencia judía en innumerables países de la diáspora, donde el destino judío estaba ligado a menudo al capricho y la voluntad del gobernante local, está representado en la historia de Purim. El relato del sorpresivo cambio de los acontecimientos en la historia de Purim, que volvió las cartas contra el opresor y permitió a la comunidad judía defenderse contra el asalto, proporcionó siempre una chispa de esperanza y estímulo a las diferentes comunidades judías oprimidas y expoliadas.
Pesaj
Pesaj, es la fiesta del Éxodo de Egipto, es decir la salida del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto y que esta relatado en el libro bíblico de Éxodo. Es considerado el momento del nacimiento del pueblo judío. En los días de Pesaj, celebramos la liberación de la esclavitud, tanto física como espiritual. La festividad dura una semana en Israel y ocho días en la diáspora pero la preparación suele comenzar mucho antes.
Lag Baomer
Lag Baomer, es el día 33 de la Cuenta del Omer. Es un día festivo en el calendario judío, celebrado con excursiones (en las cuáles tradicionalmente los niños juegan con el arco y flecha), fogatas, etc. Muchos visitan la tumba (en Merón, al norte de Israel) del gran Rabi Shimon bar Iojai, el sabio y místico, que su Iortzait (aniversario del fallecimiento) es en este día.
Rabi Shimon bar Iojai, que vivió en el siglo II de la era común, fue el primero en enseñar públicamente, la dimensión mística de la Tora conocida como la “Cábala,” y es el autor del libro más importante de la Cábala, el Zohar. En el día de su fallecimiento, Rabi Shimon ordenó a sus discípulos que recordaran esa fecha como “el día de mi alegría.”
Lag Baomer también conmemora otro acontecimiento feliz. El Talmud relata que en las semanas entre Pesaj y Shavuot una plaga se propagó entre los discípulos del gran sabio Rabi Akiva “porque no actuaban respetuosamente uno hacia al otro «; estas semanas por lo tanto se observan como período de luto, con las varias actividades felices prohibidas por la ley y la costumbre. En Lag Baomer la muerte cesó.
Mientras durante la Cuenta del Omer se prohíben los matrimonios, en este día esa restricción se levanta para continuar posteriormente y en las comunidades sefaradíes a partir de esta fecha la restricción queda levantada definitivamente.
Shavuot
Dura 1 día en Israel y dos en la Diáspora
Shavuot conmemora el imponente acontecimiento que experimentaron los hijos de Israel siete semanas después del éxodo de Egipto cuando acamparon al pie del Monte Sinaí, en algún lugar de la Península del Sinaí. Este suceso fue la Revelación, mediante la cual la voluntad de Dios se reveló a Israel y señala la proclamación de los Diez Mandamientos. Aunque esos mandamientos no constituyen la totalidad de la Torá, que consiste en 613 preceptos (taryag mitzvot) ellos constituyen su fundamento. Los Diez Mandamientos conforman la base misma de gran parte de los que es la Civilización Occidental.
La forma exacta de esta comunicación entre Dios y el hombre no es conocida y siempre fue motivo de diversas opiniones por parte de los grandes pensadores y sabios de Israel, pero nadie duda de que fue un acontecimiento de proporciones imponentes y una experiencia espiritual singular, que marcó indeleblemente a los israelitas con su carácter único, con su fe y su destino.
En el libro de oraciones, esta festividad se denomina zemán matán Torateinu, «la fecha de entrega nuestra Torá» porque éste es el tema dominante de la festividad. El significado perdurable de este tema está enfatizado en la respuesta a la pregunta de por qué no se denomina esta festividad como «fecha de la recepción de nuestra Torá». La respuesta es que, mientras la entrega de la Torá pudo haber tenido lugar en un momento determinado y esa ocasión puede ser conmemorada, la recepción de la Torá por los judíos debe continuar produciéndose en todo momento y en todo lugar.
Los judíos que estuvieron presentes en el Sinaí reafirmaron su Pacto con Dios declarando «Haremos y escucharemos» (Naasé venishmá), pero la Torá señala que «Pero no solamente con vosotros hago yo esta alianza y este juramento, sino con los que están hoy aquí presentes ante el Señor, nuestro Dios, y con los que no están aquí hoy con nosotros». (Deuteronomio 29:13-14). El Talmud interpreta la última parte del versículo como una clara referencia a las futuras generaciones de judíos y a los futuros prosélitos que más tarde aceptaron la fe (Shavuot 39a).
La festividad de Shavuot enfatiza la lección espiritualmente significativa de que la redención del cautiverio y la obtención de libertad política, no constituyen una liberación completa a menos que culminen en las restricciones espirituales, en las disciplinas y deberes inherentes a la Revelación a Israel y a la aceptación de la Torá por parte de Israel.
El nombre de Shavuot, con el que la Torá se refiere a esta festividad, significa simplemente «semanas» y deriva del hecho de que se observa después de contar siete semanas completas a partir del segundo día de Pesaj. El Talmud utiliza el nombre de Atzeret (que implica una festividad de conclusión) para denominarlo, indicación de que los sabios lo consideraron ligado a la festividad de Pesaj y como conclusión del episodio histórico de la misma.
Su significado como festividad agrícola en la Tierra de Israel se refleja en los otros nombres por lo que se la conoce: JagHakatzir, «Festividad de la Siega», porque señala la cosecha del trigo, la última cosecha de cereales de la temporada y Jag Habikurim, «Fiesta de las Primicias» porque señala también el comienzo de la cosecha de frutas y era la ocasión de llevar los primeros frutos maduros al Templo como ofrenda de acción de gracias.
Tishá B’Av
Las «Tres Semanas» entre el 17 de Tamuz y Tishá B’Av han sido, históricamente, días de desgracia y calamidad para el pueblo judío. Entre otras tragedias, durante este tiempo fueron destruidos tanto el primero como el segundo Templo.
Estos días son aludidos como el período “entre las estrechuras” o “entre los días de angustia” (bein hametzarim), de acuerdo al versículo: «Todos sus perseguidores la alcanzaron entre las estrechuras» (Lamentaciones 1:3).
Durante este período toda la nación observa varios aspectos de duelo: Minimizamos la alegría y la celebración – no se hacen bodas, no se escucha música, no nos cortamos el pelo ni la barba. Las expresiones de duelo se intensifican a medida que nos acercamos a Tishá B’Av.
Rosh Hashaná (Inicio del año)
Rosh Hashaná es el inicio del año . En ese día, Adam, el primer hombre, y Eva, fueron creados. Aunque la creación se inició seis días antes de que Adán y Eva fuesen creados, ese día es considerado el inicio del mundo, y se estableció Rosh Hashaná en esa fecha, ya que la humanidad es el centro del universo, para la cual todo fue creado. Con su creación, el mundo entero fue concluido y el deseo de D’os en el mundo se realizó.
Se llama Rosh Hashaná, que literalmente significa “Cabeza del año”, y no meramente el inicio del año. Como se mencionó, las festividades son una repetición del evento original que tuvo lugar ese día. Al igual que en el inicio de la creación, D’os consideró la creación del mundo. Así también en cada Rosh Hashaná, D’os se relaciona con el mundo con vigor renovado, de una manera no antes establecida y que determina Su relación con el mundo para todo el año siguiente.
Iom Kipur
Históricamente es el día en el cual Moisés retornó del Monte Sinaí con las segundas tablas de la ley. Las primeras tablas habían sido destruidas por él a raiz del pecado del becerro de oro. La misma ley en nuevas tablas. Un nuevo comienzo. Una nueva oportunidad. El Talmud relata que Iom Kipur era considerado como uno de los días más alegres que tuvo el Pueblo de Israel. El permitírsele un nuevo comienzo era razón de su abundante regocijo.
En el día de Iom Kipur se suspenden los medios básicos de subsistencia: el comer y beber. Asimismo, se abstiene de ciertos placeres, a saber: vestir zapatos cuero, lavarse, perfumarse y tener relaciones matrimoniales (Innui).
En el día de Iom Kipur se permiten únicamente las tareas autorizadas en Shabbat (Shabaton). Sin embargo, no se debe mal interpretar estos actos como un castigo, auto-flagelación o masoquismo
Sucot
Sucot significa «tabernáculos», «cabañas», o «chozas temporarias», y se refiere a los lugares de residencia temporaria que utilizaron los hijos de Israel en el desierto durante el período de cuarenta años que duró su peregrinación después del éxodo de Egipto. «En cabañas hice Yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto» (Levítico 23:42). Esta festividad conmemora ese período de la historia del Pueblo de Israel.
Sin embargo, su significación no se agota ni está limitada a la conmemoración histórica. El motivo espiritual subyacente de este recuerdo (y actualización) de habitar en «cabañas temporarias» enfatiza el concepto de la confianza en la protección Divina del Señor, o bitajón. Con las experiencias del desierto (el maná, el agua), que realizan dicho motivo, esta festividad subraya la fe de que de algún modo Dios provee las necesidades humanas y que el hombre, a su vez, debe estarle agradecido. Esto está simbolizado por la sucá, la endeble cabaña con su techo expuesto e inseguro en la que el judío tiene obligación de habitar durante esa semana.
Simjat Torá
En este último día de las fiestas mayores, conmemoramos la conclusión de un ciclo más de la lectura de la Torá, a la vez que iniciamos inmediatamente otro nuevo. Nuestros sabios denominaron este día con el nombre de «Simjat Torá» (La alegría de la Torá), y ello, debido a que todo el pueblo de Israel en general, finalizamos y comenzamos en. esta misma fecha la lectura de la Torá; dejando de lado las diferencias de costumbres, de orígenes, de nacionalidades y de ideales.
En todos los rincones del mundo, donde visite un Judío una Sinagoga, estarán leyendo esta misma lectura, y esta, en realidad, es la verdadera alegría de la Torá; pues, más de lo que se alegra el corazón de cada Judío por haber concluido una vez más el ciclo de su lectura, la Torá se alegra al ver a todos sus hijos unidos bajo un mismo ideal, como un solo hombre, con un solo corazón.
Nuestros sabios nos ordenaron conmemorar esta fecha por medio de festejos y actos públicos, a fin de expresar nuestro júbilo y respeto hacia la magnificencia de la Torá, la cual, nos ha mantenido desde siempre como pueblo unido y honorable.
Janucá
Es también conocida como la Fiesta de las Luces o Luminarias, es una festividad judía que conmemora la rededicación del Segundo Templo de Jerusalén y la rebelión de los macabeos contra el Imperio seléucida. Celebrada durante ocho días, la festividad de Janucá data de la época de la hegemonía helénica en Israel, que comienza con las conquistas de Alejandro Magno el año 332 a. C., quien a su paso liberó al pueblo judío de la opresión de Persia, quedando Israel como reino-estado independiente.
Tras su muerte, el vasto imperio quedó en manos de sus generales -que entraron en conflictos bélicos entre sí-, por lo que siglos después los griegos seléucidas pretendieron hacerse con el dominio de la región, como puede leerse en los libros de I y II Macabeos, donde esta festividad conmemora la derrota de los helenos y la recuperación de la independencia judía a manos de los macabeos sobre los griegos de la dinastía de Seleuco,2 y la posterior purificación del Segundo Templo de Jerusalén de los íconos paganos, en el siglo II a. C.
La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba solo para uno. Esto dio origen a la principal costumbre de la festividad, que es la de encender, de forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado januquiá (uno por cada uno de los días más un brazo «piloto»).
La festividad se celebra el 25 de Kislev del calendario judío.