El mes de Tishrei, primer mes del calendario judío, se caracteriza por ser un mes cargado de festividades dentro del calendario hebreo.
Todavía no se han acallado los ecos de Iom Kipur, cuando comenzamos a vivir otra de las festividades de peregrinaje de nuestro luaj, que es la festividad de Sucot. Este Shabat es el shabat intermedio de la festividad conocido como Shabat Jol Hamoed Sucot.
Dado que forma parte de los Shalosh Regalim, las tres festividades de peregrinación anuales relacionadas con el éxodo de Egipto y que tienen un significado conexo con la agricultura, Sucot sirve como un puente con los Iamim Noraim: Rosh HaShaná y Iom Kipur. La dualidad de significado de Sucot se refleja en el doble número de sacrificios que ordena la Torá para esta festividad. La tradición relaciona estos sacrificios, que suman setenta, con la antigua noción acerca de la existencia de setenta naciones en el mundo. A través de estas ofrendas que representan a todos los pueblos, Sucot adquiere un significado universal, al igual que Rosh Hashaná, el día del juicio para todos los seres humanos.
El regocijo de Sucot es una consecuencia de la teshuvá y la introspección de los Iamim Noraim. Habiendo purificado el alma a través del llamado del Shofar al recogimiento en Rosh Hashaná, con la práctica del ayuno y la recitación de las plegarias de Iom Kipur, para la obtención del perdón divino, el individuo siente ahora una satisfacción mística y una paz interior, producto de la cercanía a D’os que es indispensable para la obtención del perdón.
La celebración de Sucot tiene varias facetas a considerar. Por un lado, tiene un aspecto histórico- testimonial que nos recuerda lo sucedido al Pueblo hebreo en el desierto.
Por otro lado, hay también un aspecto social, ya que al habitar en una sucá nos identificamos con la realidad de muchos habitantes que no tienen una vivienda digna en donde vivir.
Otro aspecto de Sucot es el ecológico- ambiental, ya que, al estar durante una semana en la sucá, entonces nos relacionamos directamente con la naturaleza. Habituados a vivir entre cuatro paredes, en la sucá podemos desconectarnos de la vida urbana.
Finalmente, Sucot tiene un aspecto nacional, ya que la frágil cabaña representa a la vida judía en el exilio, siempre expuesta a los vientos y tempestades de la diáspora.
Vemos entonces las distintas caras de una hermosa festividad que llega a nuestras vidas para traernos lo hermoso de lo efímero.
Shabat shalom y Jag sameaj!