Lej Lejá

By octubre 27, 2023 Parashot
27 octubre de 2023 /12 JESHVAN 5784

Rabino Efraim Rosenzweig

(Génesis 12:1-17:27 )

 

En las últimas líneas de la lectura anterior se nos informa que Téraj, el padre de Abraham, abandona la ciudad de Ur y se dirige a Canaán. En el camino se detienen por un tiempo en Jarán donde fallece Téraj. Es entonces cuando Abraham escucha la orden Divina Lej Lejá…, “vete del hogar de tus padres a la tierra que te mostraré”.

 

Abraham es seleccionado por D’os como progenitor de un Pueblo que va a romper con la normas y con la idolatría que imperan en el mundo en ese momento y que revolucionará el mundo de las ideas. Esa ruptura con el pasado tiene que ser completa. La enseñanza del Midrash que Abraham destruye los ídolos en el hogar de su padre Téraj es muy aleccionadora. Para poder concebir la existencia de un solo D’os, Abraham tiene que ser, primero, iconoclasta. Tiene que cuestionar y separarse de lo que, con el tiempo, sería una proposición fracasada, para poder recomenzar con una visión nueva y revolucionaria del ser humano y de su lugar en el cosmos. El rompimiento tiene que ser con la familia, la sociedad y la geografía. Abraham acata, por lo tanto, su primera instrucción Lej Lejá, porque para poder sembrar ideas nuevas tiene que ir al exilio, hacia una tierra desértica no contaminada por la multiplicidad de dioses y el culto corrupto que los acompaña. Con el desplazamiento de Abraham de su tierra ancestral, empieza la historia del Pueblo judío. Es la historia de continuos traslados de lugar a lugar. Es la reseña del descubrimiento de un solo D’os y de los subsiguientes encuentros con El. Es el énfasis en los sentimientos de responsabilidad por familia y Pueblo pasiones que con el tiempo abarcarán a toda la humanidad.

 

Al llegar a Canaán, D’os le dice a Abraham que le va a entregar esas tierras a sus hijos y en agradecimiento, Abraham construye un altar al Eterno. Esta promesa se repite en estos capítulos, y la misma es ampliada para asegurarle que sus descendientes serán numerosos como el polvo de la tierra. Y cuando en una oportunidad, Abraham se queja por no tener hijos todavía, D’os le sugiere que cuente el número de estrellas en el cielo, porque sus descendientes serán tan numerosos como ellas. Esta vez, la promesa incluye un Berit, que es un pacto con un ceremonial y además Abraham es informado del exilio futuro y de la esclavitud de sus descendientes en una tierra ajena (Egipto). Finalmente, este Berit entre Abraham y D’os es formalizado exigiéndosele la circuncisión (Berit Milá) para él y para sus descendientes.

 

El Berit Milá se ha convertido en una de las ceremonias más importantes y respetadas en la tradición judía. Se considera que el Berit es el momento de la iniciación del recién nacido en el seno de su Pueblo. En realidad, la falta del Berit impide únicamente la participación en el consumo del Korbán Pésaj que es el cordero pascual de la noche del Séder de Pésaj. Sin embargo, en el folklore de nuestro Pueblo, el Berit es, sin duda, el rito indispensable para pertenecer a la comunidad judía. Para Rambam, el Berit constituye una enseñanza muy importante, porque a través de esta ceremonia se enseña que el sacrificio personal, el dar de uno mismo, es indispensable en la relación hombre-hombre y en la relación hombre-D’os.

 

La enseñanza de Abraham no es únicamente de orden intelectual y teológico. La gran revolución de los patriarcas es que el monoteísmo supone y obliga a un comportamiento humano práctico y muy definido. El entorno de aquel entonces era un mundo de robos y de secuestros, de ofrendas humanas para aplacar a los poderes sobrenaturales. Los primeros capítulos de la Torá hacen especial énfasis en lo cotidiano de la vida familiar, en episodios hogareños que enseñan que la creencia en un solo D’os debe tener eco en nuestra moral y en nuestro diario comportamiento. D’os está en los cielos, pero el hombre tiene que incorporarlo y darle entrada efectiva a su quehacer cotidiano en la tierra. Así enseña nuestra tradición, D’os creó el universo, pero fue Abraham quien introdujo a D’os en la tierra de los hombres. De otra manera, D’os hubiera permanecido sólo como motivo de especulación teológica para algunas mentes privilegiadas. Esta constante relación directa entre el Creador y el ser humano, de causa y efecto, es la enseñanza primordial de los patriarcas.

 

Shabat shalom!