Rabino Efraim Rosenzweig
(Génesis 47:28-50:26)
El relato bíblico de nuestra lectura semanal señala que Yaacov cumple ciento cuarenta y siete años, habiendo pasado los últimos diecisiete en Egipto, y está por fallecer. Yaacov hace llamar a Yosef y le encomienda trasladar sus restos mortales a la tierra ancestral. Un culto muy importante alrededor de la muerte se había desarrollado en Egipto. Las pirámides son las extraordinarias tumbas de los potentados, donde eran enterrados con sus ropajes más finos, con comida y provisiones para el viaje hacia el Más Allá. Yaacov no desea identificarse con esa especulación (o teología) que coloca el énfasis en una vida ulterior. El judaísmo es una teoría para la vida, que acentúa y valora este mundo y por lo tanto constituye una perspectiva muy diferente a la egipcia. El éxodo no significa únicamente la ruptura con las cadenas de la esclavitud física. El éxodo de Egipto señala una actitud de rebeldía frente a la óptica de los habitantes de ese país y señala una vía alterna, diferente enteramente a la escala de valores allí reinantes.
Para el judaísmo, ni el lugar ni una edificación (con las notables excepciones del Monte del Templo y del Beit HaMikdash) poseen santidad. El judaísmo santifica el tiempo, los momentos del año que tienen un significado especial, tal como los días festivos sagrados, con el Shabat a la cabeza. Mientras que en Egipto se aprecia y glorifica lo permanente, el judaísmo entroniza el cambio. El crecimiento, el desarrollo y por lo tanto la vida misma, dependen de la posibilidad de cambio y esto radica su importancia vital. Según Agam, su arte, es el arte del cambio y del movimiento. Sus obras se modifican “cambian,” dependiendo de la posición del espectador y del ángulo de visión.
Regresemos a nuestro relato bíblico y nos encontramos con Yosef, acompañado por sus dos hijos, visitando nuevamente a su anciano padre. Acompañado por sus dos hijos. Yaacov está enfermo. Es la primera vez que se menciona el estado de enfermedad en la Torá. Algunos expositores sugieren que, anteriormente, los seres humanos morían repentinamente, sin ninguna señal previa. La enfermedad, como síntoma de una muerte próxima, le otorga a la persona la oportunidad de tomar ciertas decisiones de último momento, que pueden ser de importancia trascendental. Yaacov no reconoce en un principio a los hijos de Yosef pero los bendice al enterarse de su identidad. (Es posible que la relación entre abuelos y nietos no estuviera aún lo suficientemente desarrollada en la sociedad humana). Una parte de la bendición de Yaacov, yesimjá Elohim keEfráyim vejiMenashé, que quiere decir que D’os te considere como a Efráyim y Menashé, servirá de modelo para la bendición de los hijos en las generaciones futuras.
Es probable que el concepto de la unidad familiar y el de las relaciones entre sus diversos integrantes fueron evolucionando a través del tiempo. Cuando Caín exclama, “¿acaso soy el guardián de mi hermano?” podría estar enunciando, sin ironía alguna, un hecho que consideraba natural. Caín opinaba, tal vez, que cada uno es entera y únicamente responsable por sí mismo. ¿Cómo explicamos la celeridad y el empeño de Avraham en sacrificar a su hijo Yitsjak, sin por lo menos cuestionar la autenticidad de la orden recibida? ¿Por qué no exige que se le repita el severo y cruel mensaje? ¿No podría haber algún error en su transmisión? ¿Cómo podemos explicar que Yitsjak se dejase engañar por unas pieles que Yaacov se coloca sobre los brazos en el momento de recibir la bendición paterna? ¿Acaso Yitsjak, a pesar de su ceguera, no podía diferenciar entre sus hijos? Creo que, paso a paso, se fue desarrollando el concepto de las relaciones y el de las responsabilidades paternales y filiales. Yaacov es el primero de los patriarcas en conocer y reconocer individualmente el carácter y la idiosincrasia de cada uno de sus doce hijos. Así lo demuestra en su lecho de muerte al nombrarlos y amonestarlos por sus errores. Tal vez ésta, sea una razón adicional para que el Pueblo judío porte el nombre de Benei Israel, los hijos de Yaacov, porque fue el primer patriarca que conoció de cerca a cada uno de sus hijos.
Shabat Shalom!