(Levítico 12:1-15:33)
Este Shabat se leen dos parshiot que generalmente se leen juntas y que son Tazria Metzorá. Estos textos nos hablan mayoritariamente de los conceptos de Tumá y Tahará, pureza e impureza. Por ejemplo, el Aví avot haTumá, el principio rector de la impureza que produce la mayor contaminación espiritual es el cadáver humano. Sin embargo, este individuo durante su vida pudo haber alcanzado el mayor grado de espiritualidad. Incluso no se requiere el elemento de intención en el caso de Tuma. La persona que entra en contacto físico con un animal prohibido inadvertidamente contrae, igualmente, la condición de Tumá.
De acuerdo con Rambam en su Guía de los Perplejos, la razón por la cual la persona que estaba en un estado de Tumá no podía ingresar al Beit HaMikdash era el propósito de producir el mayor respeto y admiración por el lugar sagrado. De manera similar, la persona que tenía que apartarse del colectivo durante el período de Tumá, tomaba conciencia de su fragilidad espiritual y solía apreciar con mayor intensidad la experiencia de fe.
En el Kuzarí, Yehudá HaLeví indica que, no obstante, la dificultad intrínseca en explicar algunas leyes se puede afirmar que la Tumá se concreta ante la muerte. De esa manera, explica que el brazo del Metsorá (leproso) produce Tumá, porque se puede considerar ese órgano como si estuviera muerto. Al igual que la emisión nocturna, que era vida en potencia, la Tumá de la menstruación se origina en la ausencia de la fertilización.
Este obligado alejamiento de un cadáver, también puede ser interpretado como una reacción frente al culto de la muerte practicado en el antiguo Egipto, como lo testimonian las pirámides que eran las tumbas de los potentados. La consulta del rey Shaúl a la Bruja de Endor, que conjura la presencia fantasmagórica del fallecido profeta Shmuel, constituye tal vez un vestigio bíblico de estas prácticas prohibidas.
La actitud negativa frente a la práctica de la brujería y el culto de la muerte, es reemplazada en la Torá por una insistencia sobre el valor de la vida. El propósito de las Mitsvot es Vejai bahem, rendir culto al Creador y propiciar la vida y el bienestar humano.
Sin embargo, los primeros versículos de nuestro texto bíblico contradicen lo expuesto, porque después de dar a luz a un bebé, la madre entra en un estado de Tumá.
Algunos explican esta aparente dificultad, señalando que vida y muerte forman parte de una realidad indivisible. Sólo quien tiene vida puede morir, ya que la ineludible sentencia de muerte ocurre en el momento del nacimiento.
Hoy en día enfatizamos más el concepto de kedushá, preocupación por la santidad y consagración que responden más a decisiones personales que a situaciones involuntarias, como eran a menudo las situaciones de pureza e impureza.
Shabat Shalom!