Noaj

By octubre 24, 2025 Parashot
24 octubre 2025 / 2 JESHVAN 5786

Rabino Efraim Rosenzweig

(Génesis 6:9-11:32)

El relato de la parashat Noaj, que leemos este shabat, trae dos historias muy populares en el folklore universal. Uno que ocupa varios capítulos y es la historia del diluvio.  El Eterno decide castigar a la humanidad por sus pecados y transgresiones. La maldad del ser humano es tal que D’os decide destruir a la humanidad con un diluvio y solo Noe y su familia nuclear se salvaran ya que él es el único justo entre toda la humanidad.

 

La otra historia, que ocupa solo unos pocos versículos, es el relato de la torre de Babel. La torre de Babel fue una construcción que llevaron a cabo los humanos de aquella generación posterior al diluvio.

 

A primera vista no parece haber un pecado tan grave en aquella generación. Que tiene de malo construir una edificación grande, una torre. Cuantas construcciones gigantes tenemos hoy en día y sin embargo nadie lo ve como un pecado, o algo negativo y reprobable.

 

A menudo vemos reportajes acerca de algún edificio que rompe el record de altura en algún lugar del mundo y se convierte en el edificio más alto de una región o de un continente. A nadie se le ocurre ver algo malo en esa obra.

 

Sin embargo, hay algunos detalles a tener en cuenta.

Los constructores de la famosa torre de Babel quieren construir la monumental obra para… » hacernos un nombre», lo cual podría entenderse para alcanzar la fama o el reconocimiento.

 

Los sabios nos enseñaran que el buen nombre, se alcanza a través de los actos y la conducta y no por medio de bienes, riqueza o construcciones, tal como lo expresan en el Pirkei Avot…” hay tres coronas: la corona de la Tora, la corona del sacerdocio, y la corona de la realeza, más la corona del buen nombre es superior a todas ellas (Pirkei Avot 4:17). Es claro que esa corona se alcanza por medio de una conducta acorde.

 

Por otro lado el Midrash relata que en la obra, participaron muchísimos trabajadores que manualmente participaron de la construcción; cuando se caía un ladrillo, todos lloraban por la pérdida, en cambio cuando se caía un hombre, perdiendo la vida, lo reemplazaban inmediatamente para seguir la construcción.

 

De esta manera la técnica, y la obra se convertían en lo más importante por encima de la vida humana, cuando lo contrario es lo éticamente correcto. Ese fue uno de los motivos por lo que D- s impidió a ese grupo seguir con su obra. Son los actos y las conductas los que nos hacen importantes.

 

La vida humana está por encima de toda construcción o monumento. A menudo los seres humanos contemporáneos obsesionados por la tecnología, y el materialismo olvidamos esto.

Shabat shalom!