Rabino Efraim Rosenzweig
(Éxodo 30:11-34:35)
La lectura de la Tora de este Shabat es la parashat Ki Tisa. Comienza la lectura hablándonos de la orden que entregó D’os acerca de contribuir con medio shekel para las tareas der culto y también como medio para censar a los hebreos en el desierto.
Esta disposición se convirtió en un mandamiento perpetuo de manera que, cada año se debía contribuir con esta especie de impuesto y que era recaudado durante el mes de Adar que es el Mes de Purim.
El censo de nuestros antepasados en el desierto se llevó a cabo contando las monedas. A cada uno se le exigió un aporte de majtzit hashékel (medio shekel) y de esta manera se pudo determinar fácilmente la población total de nuestro Pueblo. Se sumó el dinero y el total de los shekalim dividido por la mitad arrojó el número de hebreos.
Los jajamim señalan que, este aporte de majtzit hashékel fue exigido tres veces. Para la construcción general del Mishkán, que era el tabernáculo del desierto; para los adanim, que son los cuencos que se utilizaron para armar el mismo; y para la adquisición de los animales para el sacrificio diario.
Porque justo esa cantidad, porque no un shekel completo o un cuarto de shekel si esto era mucho. ¿Porque medio? La contribución de majtzit hashékel, la mitad de un shékel (el nombre de la actual unidad monetaria del Estado de Israel) alude al hecho que cuando uno contribuye a alguna causa no puede aspirar a terminarlo todo.
El máximo aporte es majtzit, la mitad, porque se requiere usualmente el concurso de personas y factores adicionales. Además, la palabra majtzit sugiere que uno nunca esta al día con sus contribuciones. Por más que uno aporte, apenas puede alcanzar a una mitad de las posibilidades. Siempre necesitamos del aporte o colaboración de otro para alcanzar la plenitud.
Es interesante notar que, la palabra utilizada en nuestro texto es venatenú, “y darán” que en el original hebreo se puede leer igualmente tanto de derecha a izquierda, como de izquierda a derecha. Este hecho es muy ilustrativo del hecho de que uno recibe en la medida que uno otorga. Gran parte de las relaciones humanas, tales como la amistad, la fraternidad, el amor, son proporcionales a esta interdependencia y el intercambio de los sentimientos entre las partes, que deben actuar en ambos sentidos.
Por último, el hecho que los sacrificios diarios eran adquiridos a través de esta contribución pública, hacía que todos participaran del culto en igualdad de condiciones.
Podamos cada uno de nosotros hacer su contribución a la vida comunitaria y a la sociedad en la que vivimos.
Shabat Shalom!