Devarim

By julio 23, 2020 Parashot
24 de julio del 2020 / 3 Av 5780  

(Deuteronomio 1:1-3:22)

Este Shabat comenzamos a leer el quinto libro de la Torá, el sefer Devarim. Siempre esta parashá se lee el sábado anterior a Tisha beav, el día más triste en el calendario judío.
El libro de Devarim, hace fuerte hincapié en el rechazo a la idolatría. Moshé hace un largo discurso en donde recuerda los actos negativos del Pueblo a lo largo de su travesía por el desierto. Por otro lado, el Pueblo escogido para traer un mensaje ético a la Humanidad tenía que sobreponerse al entorno del paganismo para enrumbarse por un sendero diferente.
Dentro de los recuerdos que realiza Moshé, se encuentra la rememoración del episodio de los exploradores espías, los meraglim, quienes, por su informe negativo respaldado por el Pueblo, significó el castigo por el que tuvieron que deambular 40 años hasta que muriera la generación que salió de Egipto mayor de 20 años.

Después del episodio de los Meraglim, los espías, el Pueblo mostró finalmente su disposición al arrepentimiento, pero sus sentimientos no obtuvieron la respuesta deseada.
D’os no los perdonó, sino que ordenó que quienes tuvieran veinte o más años cuando se produjera el éxodo de Egipto, murieran en el desierto. Su cobardía y falta de fe en D’os demostraron que, no eran competentes para participar en la conquista de la Tierra Prometida.
Varios expositores cuestionan la negativa Divina de aceptar el arrepentimiento y destacan la severidad del castigo. Los exploradores habían puesto en duda la promesa Divina, que aseguró a los patriarcas, que serían poseedores de la tierra que Abraham había recorrido cuando salió de Ur, su ciudad natal. Además, argumenta el comentarista Sforno, la decisión Divina estaba acompañada, esta vez, de un juramento, y en esos casos no puede haber cambio en la voluntad de D’os, tal como enseña el Talmud.
Tal vez, la razón fundamental de la negativa Divina era que la Teshuvá, el arrepentimiento, se produjo únicamente después que el Pueblo se percatara de la sanción, el castigo según el cual tendrían que ambular cuarenta años por las arenas del desierto.
De manera similar, el recogimiento y arrepentimiento de Caín y el rey Shaúl se produjo solamente después que se enteraran del escarmiento que les esperaba.
La compunción, el retorno y arrepentimiento, la Teshuvá, tiene que estar precedida por el reconocimiento del error. La persona debe sentirse avergonzada por haber caído en la tentación, el Pueblo tenía que sentir el remordimiento por haber desobedecido la voluntad del Creador.
Este acto de contrición debe ser acompañado por una firme decisión de no incurrir en el mismo error en el futuro y, solamente cuando la persona actúa de manera diferente en una situación similar en el futuro se puede afirmar que el proceso de la Teshuvá ha sido completado.
Finalmente, nuestros sabios nos enseñan que el propósito de los ayunos, como el de Tisha be av. no es otro que, ayudarnos al proceso de Teshuva.

¡Shabat Shalom!

Rabino Efraim Rosenzweig