Vaigash

By diciembre 29, 2022 diciembre 30th, 2022 Parashot
30 diciembre del 2022 / 6 Tevet 5783

Rabino Efraim Rosenzweig

(Génesis 44:18-47:27)

La parashat Vaigash nos muestra el profundo cambio en la personalidad de Iosef. ¿Cómo se transforma este joven tan ensimismado en un líder, un estadista capaz de señalar el camino que la nación egipcia debe seguir para superar la crisis provocada por la hambruna?

 

Una vez en la cárcel, seguramente pasó por un período de auto análisis, de introspección en las profundidades de su alma: ¿por qué había producido tanto odio en el corazón de sus hermanos? ¿Por qué se encontraba ahora en una cárcel rodeado de criminales? Iosef concluye que el motivo de su desdicha es una falla en su personalidad. Piensa sólo en su bienestar personal y se despreocupa de los demás. Es desconsiderado con los demás, no reflexiona acerca de cuál podría ser la reacción de los hermanos después de escuchar el contenido de sus sueños. Sólo le importa su propia gloria.

 

Iosef pasa por una transformación profunda cuando se encuentra en la cárcel, sin esperanza alguna de escape. Por primera vez escucha a los demás. Atiende a los “sueños” de otros. Quienes sueñan esta vez son el copero y el panadero del faraón. En lugar de dar rienda suelta a su imaginación como antaño, Iosef se convierte en el intérprete de los sueños de otros, hecho que lo conduce a interpretar el sueño del faraón, porque el copero recuerda que un joven hebreo había interpretado correctamente un sueño suyo mientras estaba en la cárcel.

 

Cuando descifra el sueño del faraón como un aviso divino acerca de siete años de abundancia que serán seguidos por siete años de escasez, Yosef demuestra su preocupación por la suerte de los habitantes de la región. Le sugiere al faraón un plan de almacenamiento para los excedentes alimentarios de los años de las “vacas gordas”, que pueden servir al pueblo durante el largo período de hambruna.

 

Al reunirse finalmente con Biniamín, su hermano de padre y madre, lo abraza mientras ambos lloran. ¿Por qué lloraron? De acuerdo con el Midrash, Biniamín lloró por la destrucción del Templo de Shiló, que siglos más tarde sería ubicado en las tierras de Iosef, mientras que Iosef llora por la doble destrucción del Beit HaMikdash, que se ubicaría en Ierushaláyim, ciudad que estará incluida en la porción que recibirá Biniamín en la división de la tierra. Las lágrimas no brotaron por su destino personal, sino por la suerte del hermano.

 

No se debe olvidar que el segundo Beit HaMikdash fue destruido debido a Sinat Jinam, el odio gratuito que se produce cuando la persona sólo piensa en sí misma y deja de preocuparse por el bienestar del prójimo.

 

El día que Iosef notó que el copero del faraón tenía una apariencia distinta, que revelaba una gran preocupación, y le preguntó: ¿qué te pasa?, ese día en que percibió la angustia de otra persona, comenzó la transformación de Iosef.

 

¡Shabat Shalom!