(Deuteronomio 31:1-30)
La parashá Vaielej que leemos en este shabat Shuvá entre Rosh Hashaná y Iom Kipur, nos acerca al final de un nuevo ciclo bíblico. Una antigua tradición afirma que, cuando Moshé adjudicó la Torá a los Cohanim, integrantes de su propia tribu –la de Leví–, el resto del Pueblo protestó porque no le entregaron también una copia del documento. Manifestaron que, en el futuro, los cohanim podrían alegar que sólo ellos recibieron la Torá. Moshé se mostró contento por la protesta, porque era una señal que el Pueblo estaba comprometido con el mensaje de la Torá. Fue entonces cuando exclamó: “Hoy se han convertido en un Pueblo”, porque la Torá y el acatamiento de sus ordenanzas es la razón de existencia del Pueblo hebreo.
Moshé indica que es necesario escribir el texto “Veatá kitevú lajem et HaShirá hazot”, “y ahora escribid para vosotros este cantico” una referencia al poema contenido en Haazinu, que, no obstante, fue interpretado por los jajamim como la obligación de escribir la Torá completa, un texto que debe incluir este poema. Esta obligación está vigente incluso en el caso en que se recibe un ejemplar de la Torá por herencia. Cada judío debe escribir una Torá. Pero dado que la mayoría no sabemos hacerlo, se puede cumplir la Mitzvá escribiendo al menos una letra de un ejemplar nuevo de la Torá.
De acuerdo con Rabí Baruj Haleví Epstein, autor de Torá Temimá, la Mitzvá no radica en la posesión de un Séfer Torá, sino en “escribir” el texto, porque de esta manera se incrementan los ejemplares en la comunidad y un número cada vez mayor de personas podrán estudiar la Torá.
Unos capítulos atrás, Moshé había vaticinado que incluso después de la conquista puede venir el exilio que requerirá también la intervención Divina: Veshav Ad-nai Eloheja et shevutejá…, “Y D’os retornará tu cautiverio…”.
Muchos exégetas señalan el uso “indebido” de la palabra Veshav, porque en su lugar hubiera sido apropiada la palabra Veheshiv, “y hará retornar”. Basándose en un Midrash, los intérpretes apuntan que la Shejiná, la Presencia Divina, acompañó al pueblo durante el período de exilio. Por lo tanto, el vocablo Veshav se refiere al retorno de D’os junto con el retorno del Pueblo a la tierra ancestral. Como una muestra de su misericordia, D’os se autoexilia, figurativamente, como una señal de empatía por la suerte del Pueblo judío.
Según Rashí, la palabra Veshav sugiere que D’os toma de la mano a cada persona que retorna a la Tierra Prometida. De esta manera, Rashí personaliza el proceso del retorno y del arrepentimiento en general, tema muy apropiado, especialmente en los días próximos a Rosh Hashaná. Aunque el imperativo acerca de no caer en la idolatría y la necesidad del retorno son advertencias colectivas, enunciadas al Pueblo en su totalidad, desde cierta perspectiva, son conceptos cuyo blanco es el individuo.
Que en el retorno que se espera de nosotros, D’os nos acompañe de la mano para hacerlo efectivamente una realidad.
¡Shabat Shalom!