Vaera

By enero 11, 2024 Parashot
11 enero de 2024 /2 Shevat 5784

Rabino Efraim Rosenzweig

(Éxodo 6:2-9:35)

 

Los últimos capítulos de Bereshit concluyen en un ambiente de tranquilidad para el patriarca. En su lecho de muerte, el patriarca

La parasha de este Shabat se denomina Vaera. Allí se relata que el primer intento de Moshé y Aharón fue fallido. El faraón se negó a su petición y no permitió que el Pueblo saliera al desierto para servir al D’os de los hebreos.

Más aún: los hebreos fueron acusados de flojera y, por ello, el faraón decidió que en el futuro no se les daría la paja que necesitaran; no obstante, tendrían que seguir produciendo la misma cantidad de ladrillos que habían venido fabricando hasta entonces.

Los hebreos se sintieron defraudados por Moshé y Aharón, porque en lugar de liberarlos de la esclavitud, o al menos mitigar la servidumbre, su situación había empeorado.

Cabe destacar que Moshé había invitado a los ancianos hebreos a que lo acompañaran, pero de acuerdo con el texto bíblico, únicamente Moshé y Aharón se presentaron ante el faraón. Según el Midrash, en el último momento los ancianos perdieron el arrojo y no se atrevieron a enfrentar al faraón.

Está claro que, en una sociedad estratificada, con barreras firmemente demarcadas entre las clases sociales, quien se encuentra en el último eslabón no se atreve a retar a la clase dirigente. Ni los pobres ni los esclavos enarbolan la bandera de la libertad, tal como, por ejemplo, sucederá siglos después durante la Revolución Francesa, donde la clase media y burguesa se rebeló contra la monarquía. Incluso en el caso bíblico, Moshé había sido criado en la corte del faraón, conocía las intrigas de palacio y, por ello, tenía suficiente coraje para retar al faraón. Pertenecía a la misma clase social.

Después del fracaso inicial, D’os le encomienda nuevamente a Moshé y Aharón que se presenten ante el faraón.

Esta vez se hará sin la participación de los hebreos que tienen que ser formados como una nación. Era necesario devolverle a este Pueblo el orgullo de los patriarcas. Tendrían que recibir un código de comportamiento que sirviera para unirlos y, al mismo tiempo, para acercarlos al Creador. Porque un Pueblo necesita un ideal, sus miembros han de tener metas comunes para que se pueda definir una identidad nacional.

Estos capítulos testimonian la promesa divina con cuatro expresiones diferentes de salvación que son la razón para las cuatro copas de vino que se beberán la noche del Séder de Pésaj. Aparentemente incapaces aún para participar en una rebelión abierta contra los egipcios, los hebreos requerían de una demostración prístina de la intervención Divina. De tal manera que las plagas que D’os envió contra los egipcios tenían un propósito doble: doblegar la voluntad del faraón para que permitiera el éxodo, y convencer a los hebreos  que el D’os de los patriarcas es el D’os único de la Humanidad, y que es Todopoderoso y cumplirá con la promesa que hizo a los patriarcas. En capítulos posteriores, los hebreos recibirán la instrucción de sacrificar una oveja que tenía que ser seleccionada con anterioridad

De esta manera estarían desafiando a los egipcios que adoraban ese animal, al tiempo que desarrollaban el coraje y la valentía para el éxodo.

Como proceso, el éxodo de Egipto tenía que pasar por ciertos pasos, pero el más importante, tal vez, era fomentar la autoestima de los hebreos, la seguridad en sí mismos. Porque en el desierto tendrían que empuñar las armas. D’os estaría a su lado, pero en adelante tendrían una participación personal y directa para obtener la victoria.

 

Shabat shalom!