Shemot

By enero 12, 2023 enero 13th, 2023 Parashot
13 enero de 2023 / 20 Tevet 5783

Rabino Efraim Rosenzweig

(Éxodo 1:1-6:1)

Este Shabat marca el comienzo de la lectura del segundo libro de la Torá el libro de Shemot. Shemot quiere decir nombres, nomenclatura que destaca la importancia que la Torá otorga al nombre de la persona o del lugar, porque generalmente revela alguna característica fundamental. Por ejemplo, el primer hombre es designado como Adam porque proviene de la tierra, que en hebreo es adamá.

 

La designación Shemot es la primera palabra significativa del texto que empieza con la frase Veele Shemot… Sin embargo, en el relato del nacimiento de Moshé, la Torá narra que un hombre de la tribu de Leví tomó a una mujer de la misma tribu y describe cómo escondieron durante tres meses a su recién nacido varón, sin mencionar los nombres de estos tres personajes. Tal vez la intención fue poner la lupa sobre los sucesos, el hecho que los padres llegaran al extremo de colocar a su bebé en una cesta para que navegara el río y encontrara un destino diferente. Aparentemente, el riesgo que revestían las aguas del río era preferible a la sentencia mortal ordenada por el faraón contra los recién nacidos varones.

 

La suerte de Moshé fue una consecuencia de las normas que los egipcios impusieron para frenar el crecimiento de la población hebrea, porque temían que, en el momento de una incursión enemiga proveniente del exterior, los hebreos se convirtieran en aliados de los invasores. En este sentido, el faraón esclavizó a los hebreos, pensando que el trabajo forzado también frenaría la procreación, ya que los hombres estarían secuestrados la mayor parte del tiempo en los terrenos donde se erigían las construcciones faraónicas. No obstante, los hebreos continuaron multiplicándose de manera exponencial. Según el Midrash, eran muy comunes los nacimientos múltiples.

 

Si el único objetivo hubiese sido frenar el crecimiento poblacional hebreo, habría sido más eficiente eliminar a las mujeres. Pero en la mente de la gente de la época, incluso la del faraón, los hombres representaban la fuerza, los integrantes de un ejército que podría unirse a los posibles invasores.

Frente al continuo incremento del número de hebreos, el faraón exigió que las comadronas que atendían a las mujeres hebreas asesinasen a los varones recién nacidos inmediatamente después del parto. Pero la Torá relata que las comadronas desobedecieron el instructivo y, de esa manera, se convirtieron en las pioneras en desacatar una orden real.

Alegaron que las mujeres hebreas daban a luz por sí solas, porque eran muy fuertes. Su valentía fue recompensada, porque de acuerdo con el texto bíblico, tuvieron descendencia que formaría parte liderazgo futuro del Pueblo.

 

El faraón no descansó en su intento de mermar el crecimiento de los hebreos; además, había sido advertido por sus astrólogos de que el “salvador” de los hebreos estaba por nacer. Debido al desacato de las comadronas o su complicidad con las parturientas, el faraón ordenó que los varones fueran arrojados al río inmediatamente después de su nacimiento.

 

Los padres de Moshé pudieron esconder al recién nacido, porque de acuerdo con una antigua tradición, el bebé había nacido unos meses antes de que se completase el período de gestación. Al no poder ocultar más el evento, los padres optaron por colocar al recién nacido en una cesta sobre las aguas del río Nilo.

 

El relato bíblico demuestra la interacción entre D’os y el hombre. El Pueblo hebreo percibe que Étsba Elohim, el “dedo de D’os” está presente en los acontecimientos, pero al mismo tiempo leeremos una instrucción Divina, cuando se advierte el peligro de las hordas egipcias que les persiguieron después del éxodo. D’os instruye: Daber el Bnei Israel Veyisáu, “dile al Pueblo que emprenda la travesía”. El Pueblo no podía apoyarse únicamente en eventos milagrosos, tenía que tomar iniciativas, hecho que sale a relucir en el sobresaliente liderazgo de Moshé.

 

¡Shabat Shalom!