La parasha Nitzavim que leeremos en este shabat es la que se lee el último sábado previo al comienzo de un nuevo año en el calendario judío.
La palabra Nitzavim significa de pie, firmes erguidos. Es nuestro ferviente anhelo comenzar este año firmes en nuestra convicciones y de pie con respeto y dignidad.
“Todos ustedes están hoy presentes delante del Eterno, su D-s: Sus jefes, sus ancianos y sus oficiales de justicia, todos los hombres de Israel. Sus pequeños, sus mujeres y los extranjeros que están en tu campamento, desde el leñador hasta el aguatero” (Deuteronomio 29:9-10).
El pueblo está próximo a entrar a la tierra de Israel y D-s va a renovar el pacto con la nueva generación que no presenció el pacto de Sinaí. Normalmente Moshé transmite lo que recibió de D-s a los jefes y estos a su vez lo enseñan al pueblo ¿Por qué cambió aquí Moshé el modo de dirigirse?
Una respuesta posible es que si este acto rememora la entrega de la Torá en el Monte Sinaí que fue una revelación a todo el pueblo, de la misma forma se debe hacer ahora, Moshé transmite a todos por igual las palabras de D-s. Desde el que está en la escala social inferior hasta el más elevado en la consideración popular.
Rab Moshé Alshej explica que la clave está en el comienzo del versículo que dice: “Todos ustedes están hoy presentes delante del Eterno, su D-s”, en Su presencia –explica– no hay ninguna diferencia entre un jefe, un anciano o un aguatero.
Nosotros no sabemos quién es más importante a los ojos de D-s si un hombre que ostenta un gran título o un judío simple. La forma en que D-s mide la grandeza del hombre no es la misma forma que nosotros los humanos utilizamos.
El Talmud (Baba Batrá 10b) cuenta que Yosef, el hijo de Rabí Yehoshua, se enfermó, falleció y luego regresó a la vida. Su padre le preguntó qué había visto y él contestó: “Un mundo al revés vi, los supremos de aquí estaban abajo allí y los de abajo aquí estaban arriba allí”. “Un mundo claro viste”, le dijo su padre.
Jefes y ancianos es un término para describir el status de una persona, pero pierde sentido cuando se trata de estar parados delante de D-s.
Este es un hermoso mensaje para este año que está a punto de comenzar, a los ojos de D-s todos somos igualmente meritorios, pequeñas buenas acciones nuestras pueden valer más que grandes acciones de otros.
Una tzedaká pequeña de un pobre puede ser más meritoria que la gran tzedaká de un rico. Una plegaria que diga un judío simple puede valer más que esa misma misma plegaria dicha por un gran Rabino.
Cada buena acción puede hacer una gran diferencia, no desaprovechemos nuestras oportunidades porque a los ojos de D-s pudiéramos ser muy grandes.
Shabat Shalom!!!
Rabino Efraim Rosenzweig