Vaietze

By noviembre 26, 2020 noviembre 27th, 2020 Parashot
27 de noviembre del 2020 / 11 Kislev 5781  

(Génesis 28:10-32:2)

n la lectura de este shabat que es la parashat Vaietze, encontramos la salida de Iaacov de su hogar rumbo a Jarán, para buscar una esposa para él,y para huir de su hermano Esav.  Iaacov tiene que abandonar el hogar paterno porque Esav decide matarlo al enterarse que su hermano lo había despojado de su primogenitura.  Rivká, al conocer las intenciones de Esav, insta a Iaacov a ir a Jarán a la casa de su hermano Laván.

 

El texto bíblico nos dice: “vayifgá baMakom”, y se encontró en el lugar. Lugar en el cual se recostó sobre una piedra, vayajalom “y soñó”. Para nuestros jajamim, Makom, lugar, es también una manera de referirse a D’os, porque El, le da cabida a todo. D’os es el “lugar por excelencia”, porque sin El no hay existencia. Señalan, igualmente, que la palabra vayifgá, también puede interpretarse en el sentido de oración, o sea que vayifgá baMakom, implica que Iaacov oró a D’os.  De esta manera al orar al anochecer estableció la tradición de orar en la noche que es la fuente de la oración Arvit o Maariv, y que hasta el día de hoy rezamos en la noche.

 

La tradición judía, considera que la idea de orar formó parte del judaísmo que predicaron los patriarcas, y que la tefilá se formalizó de acuerdo con las usanzas del Beit HaMikdash.

 

El Talmud enseña que, las diferentes plegarias corresponden a los sacrificios ofrecidos en el Templo, pero la idea de la oración es muy antigua.

 

Avraham instituyó Shajarit, la plegaria matutina. Itsjak estableció Minjá, la oración de la tarde y Yaacov concibió Arvit, el rezo de la noche. Esto nos enseña que, desde sus comienzos, el judaísmo enseñó que la relación entre hombre y D’os  se puede producir también a través de la tefilá. La práctica de la oración se manifiesta especialmente en la preocupación patriarcal por su descendencia.

La estirpe de Avraham, indispensable para la continuidad de su revolución espiritual, no fue el resultado del proceso natural de la procreación, consecuencia inevitable de la unión entre los sexos. La primera matriarca, Sara, tuvo dificultades en concebir y finalmente lo logró a la edad de noventa años, gracias a una intervención Divina anunciada por uno de los emisarios que visitó al convaleciente Avraham.

Rivká, la madre de Yaacov, tuvo que pedirle a su esposo Yitsjak que implorara a D’os, para que pudiese concebir. Estas dificultades para la concepción, también están presentes en el caso de Rajel, esposa de Yaacov. Tiene obstáculos para concebir. La obvia lección, es que la continuidad del ideal original de Avraham, no tendrá un linaje casual.

 

Cada uno de los portavoces futuros, será escogido y educado específicamente, para asegurar que el ideal monoteísta tenga persistencia, para su difusión en el seno de la Humanidad.

 

El Talmud sugiere que, D’os está deseoso de las plegarias de Israel; por ello ocurrieron las dificultades en el embarazo, para que las matriarcas y los patriarcas le ofrecieran oraciones.

 

Está claro que, el propósito fundamental era inculcar la noción que el nacimiento de un ser humano no es automático, incluso después de la unión sexual.

La oración, la plegaria está presente desde los orígenes de nuestro Pueblo, y es un elemento esencial en la estructura del Pueblo de Israel.

Incorporemos la plegaria a nuestras vidas.

 

¡Shabat Shalom!

Rabino Efraim Rosenzweig