Vaietzé

By diciembre 12, 2019 Parashot

(Génesis 28:10-32:3)

Este Shabat leemos la parashá Génesis 28:10-32:3 que comienza relatándonos la salida de Yaacov de su hogar, porque Esav decide matarlo al enterarse que su hermano lo había despojado de su primogenitura. Rivká, al conocer las intenciones de Esav, insta a Yaacov a ir a Jarán a la casa de su hermano Laván.
Por otro lado, tanto Yitzjak como Rivka están preocupados por la pareja que tomará Yaacov, ya que no desean que se una a alguien de la comarca, sino que anhelan que su hijo busque una esposa originaria de la tierra de sus antepasados.
Yaacov, se encuentra en medio del campo cuando lo sorprende la noche y la Torá nos dice: “vayifgá baMakom”, y se “encontró en el lugar”. Lugar en el cual se recostó sobre una piedra, vayajalom “y soñó”. (Génesis 28-11,12)
De acuerdo con la tradición y los midrashim, nuestros jajamim afirman que, Avraham estableció la norma de recitar Shajarit, el rezo de las mañanas.
Yitzjak fue el que dio origen al rezo de Minjá, que se recita en la tarde.
Para nuestros sabios, Makom, lugar, es también una manera de referirse a D´os, porque El, le da cabida a todo. D´os es el “lugar por excelencia”, porque sin El no hay existencia. Señalan, igualmente, que la palabra vayifgá también puede interpretarse en el sentido de oración, o sea que vayifgá baMakom, implica que Yaacov oró a D´os.
De allí se origina la creencia de Jazal que Yaacov insturó la tradición de rezar en la noche, la oración de Arvit.
Nuestros jajamim opinaban que la Torá no había sido otorgada en el vacío. Con anterioridad a la revelación en el Monte Sinaí, existieron personas excepcionales que guiaron sus vidas de acuerdo con muchos de los principios enumerados posteriormente en la Torá.
Sugieren, por ejemplo, que los patriarcas cumplieron con todos estos preceptos que fueron enunciados siglos más tarde, gracias a su sensibilidad profética.
Yaacov es una persona de gran sensibilidad; como lo indica nuestro texto es un soñador. En esta oportunidad sueña con una escalera que une cielo y tierra y ve cómo los ángeles de D´os suben y bajan por la misma.
Esta imagen es importante porque confirma que cielo y tierra no son dos lugares incompatibles y absolutamente separados, tal como espíritu y cuerpo. En efecto, se puede escalar peldaño por peldaño, y de tal modo ascender de lo mundano, a lo celestial. No existe, en realidad, una dicotomía absoluta entre lo material y lo espiritual. Se trata de manifestaciones diferentes de un solo todo.
Según algunos esta “subida” de los angeles por la escalera representa las plegarias que suben hacia las alturas y descienden en forma de bendiciones que el Todopoderoso otorga a los seres humanos.
Mantengamos siempre una profunda conexión con el cielo a través de nuestras oraciones y traeremos un poco de cielo a la tierra.

Shabat Shalom!!!

Rabino Efraim Rosenzweig