Ekev

By agosto 5, 2020 Parashot
7 de agosto del 2020 / 17 Av 5780  

(Deuteronomio 7:12-11:25)

Este Shabat leemos la parashát Ekev. En numerosas oportunidades se hace referencia a la expresión “shamoa tishmeun”, así como el shabat pasado también se mencionaba la expresión “Shema”. En el idioma hebreo lishmoa, quiere decir escuchar, significa en especial, entender y obedecer. De tal modo, Shemá Israel no es únicamente una invitación a escuchar una afirmación acerca de la unicidad Divina. Shemá nos dice que es necesario entender las implicaciones de esta unicidad de manera general en lo referente al universo, y en particular, a sus consecuencias sobre el comportamiento
El párrafo bíblico mencionado, Shemá Israel, afirma que la unicidad de D’os exige como consecuencia, veahavtá et HaShem Eloheja bejol levavjá…, “y amarás al Eterno tu D’os con todo tu corazón…. Claro que no se puede ordenar el amor hacia otra persona o hacia otro ser. Por definición, consideramos que la espontaneidad es la cualidad que define al amar genuino y, por tanto, no puede estar compuesto por un conjunto de sentimientos fabricados artificialmente o impuestos de manera obligatoria. Se puede llegar a veahavtá tal vez, como resultado de cierto comportamiento global, y como una consecuencia de estar inmerso en “vehaguita bo yomam valaila”, en el estudio constante de la Torá, como una vía y un medio para un acercamiento al Creador.
Si partimos de la premisa que D’os lo sabe todo, Talmud Torá, el estudio de la Torá se convierte en un instrumento para acercarnos e identificarnos con Su conocimiento. Es una manera de establecer una frontera con el intelecto de D’os. Al estudiar, compartimos los conocimientos Divinos y efectuamos una fusión entre lo finito y lo infinito . D’os se revela a través de la naturaleza que es el cosmos y en el orden moral, que en el judaísmo es la Torá. La investigación del universo y una mejor comprensión de los parámetros éticos y morales, son una manera de apreciar y aprehender, aunque sin jamás llegar a comprender totalmente, la esencia de la Divinidad. La tradición judía ordena el estudio como el bien más preciado al enunciar Talmud Torá kenégued kulam, que el estudio de la Torá sobrepasa a todo (los otros actos virtuosos).
El amor a D’os, ahavat HaShem, tiene que ser la consecuencia de una vida que se rige por el cumplimiento de las normas ordenadas por la Divinidad. Una vida de mitzvá sirve para que nuestras emociones y sentimientos se movilicen, para reconocer en toda experiencia y suceso la intervención benévola de la deidad. Ahavat HaShem es la irresistible respuesta interna a la aprehensión de la Presencia Divina en el universo, que es la que le da sustento y existencia al cosmos. En ausencia de D’os, la existencia y el ser son una imposibilidad.
Es entonces a través del estudio y de la inmersión en las enseñanzas divinas, que nos acercamos al amor genuino a D’os y a dar cumplimiento a esa mitzvá tan especial y particular, que nos ordenan estas dos últimas parshiot que hemos leído.

¡Shabat Shalom!

Rabino Efraim Rosenzweig