Vaieshev

By diciembre 11, 2020 Parashot
11 diciembre del 2020 / 25 Kislev 5781  

(Génesis 37:1-40:23)

Estamos en el Shabat donde celebramos la festividad de Janucá.

Antes de encender las velas de Shabat estaremos encendiendo la Janukia.

Janucá es la hermosa celebración donde rememoramos la epopeya de los Jashmonaim, luego convertidos en Macabim, quienes encabezaron la revuelta contra los helenistas grecosirios que pretendían hacer desaparecer espiritualmente al Pueblo judío.

La parashá que leemos esta semana es Vaieshev, en ella comenzamos a leer la vida de Iosef, quien, a pesar de estar preso en la cárcel de Egipto, nunca perdió la luz de esperanza para salir de ese pozo en el que las circunstancias lo habían sumido.

Los aspectos centrales de Janucá, son la luz que surge de las velas de la janukia. Es interesante destacar que el fuego es un elemento misterioso y mágico de la naturaleza.

De acuerdo con Jazal, D’os mismo le enseño a encender el fuego a la primera pareja humana en los albores de la humanidad, y fue ese el origen de la ceremonia de havdalá con la que finalizamos cada shabat.

Es también con el encendido de luminarias en que recibimos cada nuevo shabat y cada festividad o celebración de nuestro calendario.

Del mismo modo es con velas recordamos las almas de nuestros seres queridos.

El encendido de las velas en Janucá tiene la particularidad de necesitar una vela piloto llamada shamash o vela servidora, que enciende a las demás.

Sobre ella no decimos ninguna bendición, y sin embargo es una vela fundamental para cumplir con la mitzvá ya que sino no sería posible realizar el mandamiento.

Todos tenemos la necesidad de ser shamash para con nuestro prójimo, es decir encender en el prójimo el espíritu y la luz que le dé vigor y ánimo en especial en estos momentos tan difíciles.

Cada noche encendemos una vela más, para señalar que en aspectos de santidad, debemos siempre ascender un peldaño y no quedarnos estancados en el mismo lugar.

Este año transcurrido ha sido un año oscuro y triste, en el que gran parte del año lo pasamos encerrados a la manera de Iosef, para proteger nuestras vidas. Anhelamos más luz y claridad para nuestras vidas y las de nuestros seres queridos.

Podamos traer luz a un mundo a menudo oscuro y cruel.

¡Shabat Shalom!
¡Jag Urim sameaj!