Pinjas

By julio 20, 2022 Parashot
22  julio del 2022 / 23 Tamuz 5782

Rabino Efraim Rosenzweig

(Números 25:10-29:39)

La parashat Pinjas que leemos esta semana, nos relata acerca de la acción de Pinjas para detener la idolatría en medio del Pueblo. Según la Mishná, una de las características fundamentales de los cohanim, los sacerdotes, es su insistente dedicación al shalom: la paz.  La bendición que los cohanim repetían en el Beit HaMikdash, “D’os te bendiga y conserve”, termina invocando que el Creador otorgue el shalom. Ser discípulo de los cohanim implica “ohev shalom verodef shalom, “amar la paz y perseguir la paz”, tal como el Pirkei Avot define a los seguidores o discípulos de Aharon.  Al tomar en cuenta que los cohanim eran descendientes de la tribu de Leví, notamos que los antecedentes de este nieto de Aharón son incongruentes con la característica del shalom. Por otro lado, Leví, fundador de la tribu, junto con su hermano Shimón, matan a todos los varones de la ciudad de Shejem debido a la violación de su hermana Diná. Cuando los hebreos fabrican el éguel hazahav (el becerro de oro), Moshé hace el llamado: Mi LaShem elai (“Quienes estén con D’os, vengan a mi lado”), y la tribu de Leví responde afirmativamente y, espada en mano, mata a alrededorde tres mil individuos que habían danzado frenéticamente alrededor de este becerro.

 

Parece que los antecedentes señalados dan a entender que desde los orígenes de esta tribu había episodios de violencia reñidos con la supuesta paz que debían perseguir.

 

El héroe de la lectura semanal, Pinjás, demuestra su fidelidad a Moshé al matar a Zimrí ben Salú, que trajo a su mujer gentil delante de Moshé, en un acto de desafío y reto a su liderazgo. La intervención de Pinjás seguramente fue apreciada por Moshé, pero de cualquier manera había sido un acto de violencia.

El hecho que la tribu de Leví no haya recibido una porción en la repartición de la Tierra Prometida, puede ser interpretado como un castigo por su comportamiento belicoso.

En efecto, la halajá ordena que el cohén que asesine a otra persona, incluso por accidente, no puede “levantar las manos para bendecir al Pueblo”. Está claro que el cohén no puede estar involucrado con la muerte. Al contrario de la usanza egipcia, en la que los sacerdotes eran los guardianes de los secretos de la muerte y del proceso de embalsamar a los cadáveres, el cohén tenía que separarse totalmente en el caso de la muerte de un individuo.  En el caso del Cohén Gadol, el Sumo Sacerdote, éste no podía participar en el entierro de sus propios padres. Por haber enarbolado la espada, el rey David no recibió el consentimiento divino para la construcción del Beit HaMikdash.

Nuestros rabinos señalan que, Pinjas fue reconocido por su actuar inmediato en ese momento, pero no debe servir su actitud de enseñanza para las futuras generaciones y menos aún, para los cohanim que debían velar por el bienestar espiritual del Pueblo.

¡Shabat Shalom!

 

¡Shabat Shalom!