Kóraj

By junio 30, 2022 Parashot
1 julio del 2022 / 2 Tamuz 5782

Rabino Efraim Rosenzweig

(Números 16:1-18:32)

La parashá que leemos este Shabat llamada Kóraj nos relata la rebelión de Kóraj y sus seguidores contra el liderazgo de Moshé y Aharon. El desánimo se había apoderado del Pueblo debido a la sentencia Divina que tendría que caminar sobre las arenas del desierto por cuarenta años luego del triste episodio de los espías y por ello, era oportuno crear la figura de un chivo expiatorio sobre quien descargar los errores, que en este caso fue Moshé y quienes lo acompañaban en el liderazgo.

 

En este entorno de frustración por el desarrollo de los hechos, se apersona Kóraj y cuestiona la legitimidad de ciertos preceptos o su aplicación, bajo la tesis de que los desaciertos tenían un responsable: Moshé. ¿Por qué la rebelión no ocurrió después del episodio del Éguel Hazahav, el becerro de oro? Porque después de aquel episodio, cuando D’os manifestó su disposición de escoger un Pueblo diferente, Moshé salió en defensa de los hebreos y exclamó: Mejeni na, “si tú, D’os, escoges a otro Pueblo, bórrame del libro que has escrito”. La noble actitud de Moshé tuvo eco en los sentimientos de los hebreos, hecho que impidió, en aquel momento, cualquier reto a su liderazgo.

 

Pero ahora, después del fracasado intento de conquista de la tierra, Kóraj estimó que el Pueblo apostaría por una nueva dirección y guía. Como hombre de gran fortuna, pensó que podría utilizar el pragmatismo y el ingenio que le permitieron alcanzar el éxito material. Dado que Moshé no había salido en defensa del Pueblo en este caso con la misma energía que lo había hecho después del “Becerro de Oro”, Kóraj pensó que había llegado el momento oportuno para el desafío.

 

El desenvolvimiento de los hechos señala que el liderazgo del Pueblo requería habilidad y preparación, pero también necesitaba el consentimiento Divino, la voluntad de D’os. Mientras que en un principio el liderazgo reposó sobre los primogénitos sin tomar en cuenta sus cualidades individuales, D’os optó luego por la tribu de Leví, por un grupo que demostró lealtad y valentía en el caso del episodio del Éguel Hazahav. Dentro de la propia tribu de Leví se hizo otra selección: sería Aharón y su descendencia la estirpe que tendría que ser entrenada para servir como maestros y guías, conocedores de la Ley revelada en el monte Sinaí para su transmisión al resto del Pueblo.

 

En el caso de Moshé, D’os dictaminó que el factor hereditario no sería determinante. Sus hijos, Gershom y Eliezer, desaparecen de la historia, y su sucesor será Iehoshúa, miembro de una tribu diferente. Porque la Torá se adquiere por el esfuerzo individual, el resultado de la constancia en el estudio y la autenticidad de la fe de la persona y no por riqueza, por herencia o por descendencia.

¡Shabat Shalom!