Dra. Magdalena Araya

By julio 5, 2022 octubre 1st, 2022 Act. Culturales, Jadashot artículos

“Los síntomas más bien son inespecíficos”

La gestroenteróloga del INTA y presidenta de la Corporación de Apoyo al Celíaco (Coacel), nos enseñará a identificar los trastornos alimentarios asociados al trigo

Por Ana Luisa Telias

A veces percibimos molestias tras ingerir un alimento, pero no le damos importancia hasta que se vuelven recurrentes. “Los trastornos alimentarios son muy variados y se presentan de distintas maneras, por lo que es difícil exponer un conjunto de síntomas “típicos”, más bien son inespecíficos”, explica la Dra. Magdalena Araya, gastroenteróloga del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) y presidenta de Coacel.

Lo que importa –dice-  es darse cuenta que algo ocurre con la alimentación cuando hay molestias repetidas, y no tienen una causa obviamente identificable, pero empiezan a limitar nuestras obligaciones diarias. Por ejemplo, cuando se presentan síntomas como diarrea, dolor abdominal e hinchazón, éstos no dicen de qué se trata, solo son una manifestación del aparato gastrointestinal avisando que sucede algo.

Una alergia al trigo, explica la Dra. Araya es una respuesta a cualquiera de las proteínas del trigo y no necesariamente al gluten. “Es una alergia alimentaria más, que en general, se caracteriza por ser una “alergia rápida”, o sea, los síntomas aparecen poco después del contacto con el alimento”.

Para identificar si estos dicen relación con el gluten, sugiere estudiar y hacer diagnóstico. “De los desórdenes asociados al consumo de gluten/trigo, es importante diferenciar la enfermedad celíaca (EC) de la sensibilidad no celíaca al gluten (SNCG). La primera (EC) es una condición autoinmune, que no se cura, y mal tratada tiene complicaciones a largo plazo. Hasta dónde va el conocimiento acerca de la SNCG, ésta no tiene la genética ni la autoinmunidad de la EC, y se le desconocen complicaciones serias a largo plazo”, afirma.

“En la práctica, esto significa que la dieta del sensible no celíaco puede ser un poco menos estricta que la del celíaco, ya que busca principalmente acabar con la sintomatología. No se sabe si puede curarse, pero hay un par de reportes clínicos de personas que después de algunos años han podido ingerir trigo nuevamente, sugiriendo que se podría curarse”, agrega.

Según un estudio de la Corporación de Apoyo al Celíaco (Coacel) en 2020, hay un tercio de la población chilena adulta que reporta algún trastorno de intolerancia alimentaria. Por otro lado, la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, nos dice que hay entre 150 mil y 200 mil personas que tienen enfermedad celíaca en el país, esto es, un 1% de la población, afectando mayormente a mujeres, aunque se estima que los casos podrían ser muchos más.